Macarena Repetto: "Las mujeres son mucho más fuertes de lo que piensan, pueden acabar con esas relaciones violentas, porque hay toda una vida después de eso"

28.11.2024

Mayte SanGlez

Macarena Repetto Cárdenas ⎜Fuente Macarena Repetto Cárdenas
Macarena Repetto Cárdenas ⎜Fuente Macarena Repetto Cárdenas

Identificar, prevenir y superar la violencia de género con herramientas que ayudan a recorrer el camino 

Cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Una fecha en la que el movimiento feminista se manifiesta contra dicha violencia y le da visibilidad para así poder erradicarla en todas sus formas. Muchas son ya las mujeres que alzan su voz para conseguir igualdad. Otras continúan en silencio, por miedo, por falta de recursos o por falta de información. 



Segundo fragmento de entrevista a Macarena Repetto⎜Vídeo de Mayte SanGlez


Macarena Repetto Cárdenas, psicóloga de AMUVI, una asociación sin ánimo de lucro que lucha contra la violencia y discriminación de personas en situación de vulnerabilidad. Especializada en la atención a víctimas de violencia sexual y violencia de género, nos mostrará el procedimiento que sigue o ha de seguir una mujer cuando es víctima de violencia. Además, resolverá muchas otras dudas que invaden a cualquier persona con referencia a este tema, ya sea víctima o testigo de violencia de género. Para así poder salir de esa situación o prestar la ayuda necesaria, para que sean capaces de identificar los tipos de violencia de género que hay y, sobre todo, para que sepan dónde acudir.

PREGUNTA: ¿Cómo se identifica a una mujer que ha sido víctima de violencia de género?RESPUESTA: La forma de identificarse como víctima de violencia de género para llegar hasta un servicio especializado puede ser variable. Puede venir propiciado tras desarrollar un taller de prevención en el instituto o por la labor divulgativa de los medios tras ver un reportaje en TV. Esto sucedió cuando se emitió el reportaje de Rocío Carrasco, tras el que recuerdo hubo un repunte de llamadas al 016, porque de repente muchas mujeres se sintieron identificadas con ella. En otras ocasiones son conscientes cuando acuden a su centro de salud por una situación de estrés, que resulta ser ocasionada por la violencia de género. También ocurre cuando piden una ayuda de carácter social, de tipo económico, o al requerir asesoramiento jurídico, un abogado de oficio, para la separación y se detecta que tras rascar un poco no se trata de un divorcio estándar, sino que hay violencia detrás.

P: Una vez que esta se identifica. ¿Qué caminos hay y pueden buscar y seguir para acabar con esa situación?

R: Los caminos y las opciones para pedir ayuda también son diversos. Pueden comenzar con una simple búsqueda de internet y encontrar nuestro teléfono, el 954 53 12 61 y 691 699 761 de AMUVI, y llamar directamente. Pueden encontrar también los contactos de recursos específicos que existen para esta situación en cada comunidad autónoma; por ejemplo, en Andalucía tenemos el Instituto Andaluz de la Mujer. Otro de los caminos, quizás más accesible por proximidad, puede ser acercarse a los puntos de igualdad municipal de su localidad de residencia.

P: ¿Qué protocolo de actuación se sigue cuando llega a su asociación una mujer que ha sido víctima de violencia de género?

R: Nosotras prestamos atención individualizada. Lo primero que hacemos es evaluar. Vemos en qué momento se encuentran. Si hace meses que ha salido, si se encuentra en el proceso de salir o en plena salida, si necesitan acompañamiento en la toma de decisiones o si aún están en relación con el agresor. Valoramos la peligrosidad en que se encuentran ellas y sus hijos, el estado general, psicológico, familiar y laboral de la víctima. Dependiendo de la peligrosidad y el riesgo, vemos de qué manera actuamos, con qué celeridad poner en marcha las medidas de autoprotección o protección externa. A partir de ahí, marcamos unos objetivos de trabajo, consensuados con la víctima, y comenzamos a trabajar con ella.

P: ¿Son procedimientos largos y tediosos?

R: Sí, lo habitual es que lo sean y que duren meses e incluso en algunos casos años, aunque hay excepciones, depende de cada situación. Algunos trámites son cortos, peticiones puntuales de acompañamiento, ayuda o asesoramiento. Aunque también tenemos el otro polo, situaciones en las que, una vez terminado todo el procedimiento y aunque haya pasado el tiempo, aparecen situaciones sobrevenidas, de crisis, porque llega una notificación con fecha para celebrar un juicio y hay que volver a empezar a trabajar.

P: Hay mujeres con formación o con nivel adquisitivo alto que pueden pensar que esto no les puede pasar a ellas. ¿Qué estatus social suele tener la mujer que sufre violencia?

R: Tenemos que entender que la violencia de género es un fenómeno estructural que se da de manera transversal en todos los estratos sociales, ambientes socioculturales y niveles socioeconómicos. El único condicionante básico que tiene una víctima de violencia de género es ser mujer. Se va a dar tanto en niveles socioculturales y económicos bajos como altos y niveles culturales elevados.

Es cierto que en este sentido vamos a encontrar un sesgo, puesto que las personas que acceden a recursos públicos, gratuitos, tienen un nivel socioeconómico medio o bajo. Las que lo tienen alto recurren a recursos privados, no quedando registrados en las estadísticas y sí quedando invisibilizadas. A esto se le llama punta de iceberg en la violencia de género.

P: ¿Por qué hay tantas mujeres que no son capaces de salir de esa situación y continúan con ella?

R: Porque el factor fundamental para el establecimiento y mantenimiento en una situación de violencia es la dependencia emocional, la vergüenza y la culpa. No empiezas a salir con una persona un lunes y el sábado te agrede. Es un proceso en el que se establece un vínculo afectivo de confianza, seguridad y en el que progresivamente el agresor va desarrollando conductas de control, aislamiento, desvalorizaciones con acusaciones de infidelidad, llegando a los insultos y gritos hasta el punto de la agresión física y sexual. Pero esto no se transfiere a las 24 horas los 365 días del año. Alterna conductas de maltrato con cuidado y afecto, incluso pidiendo perdón tras una agresión o haciendo promesas de cambios. Todo esto va creando la dependencia emocional. Siempre se ha dicho que una de cal y otra de arena engancha mucho. Pues ese es el motivo.

P: ¿A qué se debe ese comportamiento del agresor y cómo afecta a la víctima?

R: Puede ser por su propio malestar o por inseguridad y pérdida de control. Para mantener ese equilibrio de poder. Esto es tan desconcertante que la víctima comienza a culparse de esas conductas y piensa, "bueno, si a lo mejor yo lo hubiera hecho de otra manera…", e intenta amortiguar y apaciguar centrándose en evitar que pueda venir un nuevo episodio violento. Eso va desplazando amistades, familiares y aspiraciones laborales. Se produce un aislamiento progresivo, entrando en un proceso de indefensión aprendida y un pseudoaislamiento que termina también comprando el discurso culpabilizador del agresor. Siendo esta una de las estrategias más típicas, la de culpar a la víctima de la propia violencia que sufre.

P: ¿Que un hombre sea maltratador tiene alguna relación con la cultura, la educación y el patriarcado que sufre la sociedad desde hace años?

R: El origen fundamental de la violencia de género es también cultural. Efectivamente, ha habido una estructura patriarcal de la sociedad en la que se han otorgado unos privilegios a los hombres, unos recursos y derechos negados a las mujeres. Han tenido el dominio del espacio público, del discurso público, de recursos económicos, poder político; por el contrario, la mujer ha estado delegada al trabajo reproductivo y al cuidado de los mayores de la casa. Un trabajo no remunerado ni considerado trabajo y, además, circunscrito al ámbito privado. Progresivamente ha quedado un escalón en el que, de alguna manera, se ha otorgado una legitimidad al hombre para que sea el cabeza de familia, el que lleva los pantalones. Entonces, claro, la estructuración patriarcal de la sociedad es la base para esa violencia, para que yo como individuo llegue a ser maltratador y, aunque entren otros factores, esta es la base.

P: ¿Ejercer la violencia de género es algo que se hereda?

R: Ciertamente, hay una transmisión intergeneracional de la violencia. Se estima que alrededor del 30% de los casos de hombres que maltratan vienen de una familia donde ha habido violencia. De igual modo, las chicas y mujeres que son víctimas de violencia de género han crecido en una familia donde el padre maltrataba a la madre. Son roles, modelos que se aprenden; venir de un contexto de violencia aumenta la probabilidad de sufrirla.

P: Hay violencia psicológica que no se detecta o que es difícil de demostrar, ¿qué nos puedes contar de ella?

R: Es la primera que se da. La base de todas las demás. El maltrato psicológico se viste de una forma de maltrato emocional por omisión, ejerciendo control y leyes del silencio. Si no haces lo que quiero, me enfado y te niego la palabra durante un tiempo, o me voy de casa unos días, o te dije que te acompañaba y no lo hago, o me despreocupo de los menores a nuestro cargo. Es todavía más difícil de identificar y de demostrar judicialmente, porque normalmente se da en un ámbito privado, careciendo de testigos. Aunque para poder demostrarlo están las evaluaciones forenses, que hacen valoración de la víctima, para poder justificar las lesiones o secuelas psíquicas.

Segundo fragmento de entrevista a Macarena Repetto⎜Vídeo de Mayte SanGlez


P: ¿Se identifica mucho el tema de la violencia vicaria entre las mujeres?

R: Es un fenómeno que se está dando mucho en los últimos años. Se ha ejercido una violencia vicaria muy extrema con resultado de muerte. Padres que asesinan a sus hijos para hacer daño a sus parejas y sobre todo a sus exparejas.

Otra forma en la que ejercen esta violencia es en la que utilizan a los hijos cuando la mujer quiere dar el paso de divorciarse, diciendo que van a pedir la custodia de los menores. Los usan para que vigilen a la madre e incluso los animan a que la insulten y maltraten. La desvaloriza delante de ellos, restándole autoridad, intentando que los hijos se alíen con él. Hay un falso mito que dice: "Es un maltratador, trata mal a la madre, pero es un buen padre". Bueno pues eso es muy difícil. Cuando rascas un poquito, vas a ver que el maltratador desarrolla este tipo de conducta en mayor o en menor medida de utilización de los hijos y de violencia emocional hacia los hijos y con la manipulación de ellos hacia la madre.

P: Otra de las violencias es la sexual. ¿Cómo identificaría una mujer esta violencia en una relación de pareja?

R: La definición más fácil de violencia sexual es todo aquel contacto sexual que tú tienes sin desearlo. Cuando realizamos charlas de prevención en institutos, a mí no me gusta hablar de consentimiento, me gusta hablar de deseo. Hablo de consentimiento cuando me voy a operar de apendicitis. Firmo un consentimiento para que me operen, pero no lo deseo; lo que ocurre es que, si no lo hago, me muero. Las relaciones sexuales no deben ser una operación de apendicitis.

Esta violencia ejerce un control y un poder que se va a expresar a través de la sexualidad. Yo ejerzo la violencia para sentirme poderoso, para tener una satisfacción. Yo hago lo que quiero, con tu vida, contigo, también con tu cuerpo.

P: ¿Y por qué la mujer consiente esa violencia sexual?

R: Muchas mujeres consienten tener relaciones sexuales por evitar que él se enfade y monte en cólera, que haya una discusión y que agreda, o simplemente para que no se niegue a darles dinero para pagar la luz, el agua o la comida. Como decía antes, estoy consintiendo, pero lo estoy haciendo bajo coacción. Tengo miedo a las consecuencias que puedan surgir si me niego a esa relación sexual, por tanto consiento, pero no deseo.

P: ¿Qué les dirías a aquellas mujeres que están sufriendo y no son capaces de dar el paso para salir de la situación en la que están viviendo?

R: Lo primero que les diría es que ellas son mucho más fuertes de lo que piensan. Desarrollan muchas estrategias para sobrevivir en una situación completamente hostil y estresante por estar en una relación de violencia, y aun así, tiran adelante con su vida como persona, como trabajadora, como familia... Hoy día tienen muchos recursos y muchas estrategias, solo que las están invirtiendo en sobrevivir e intentar mantener, solucionar una problemática que ellas viven. La única salida posible que tienen es la de romper con ella, los recursos los tienen. Y lo segundo, que pidan ayuda... Igual que entrar en la violencia es un proceso, salir de ella también lo es. Que piensen en ellas mismas y busquen su momento para pedir ayuda a las personas que tengan a su alrededor y, por supuesto, a profesionales, a nosotras como recursos especializados, que las vamos a acompañar, asesorar y vamos a respetar también su ritmo y sus decisiones para que salgan y para que sean conscientes de que hay toda una vida después de eso. 

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